
Entre los muchos daños del Covid-19, el más importante será en la salud de los casi 30 millones de contagiados en el mundo. Aquí los números oficiales de viernes dicen: 26,688 contagiados, 8,808 activos, 774 fallecidos y 11 en cuarentena…
EEUU y Brasil tiene 2 mil contagios por cada 100 mil habitantes, en España rondan 1000, incluyendo los rebrotes, en Italia 460, en Corea del Sur 34 por la autodisciplina de los coreanos y manejo acertado del gobierno y en China, donde comenzó, este jueves celebraron estar libres del virus.
En segundo lugar y en todos los países seguirá afectando al desarrollo económico, favoreciendo a las empresas ligadas a la prevención y curación de la enfermedad, a los servicios hospitalarios, los alimentos, las ferreterías y todos sus proveedores. Aquí algunas de las favorecidas incluso han creado empleo.
Pero la mayor parte de las empresas de los sectores que desde el principio los consideraron no esenciales, tuvieron que cerrar y las mantuvieron cerradas, han tenido grandes pérdidas, están al borde de la quiebra o ya quebraron y como consecuencia suspendieron decenas de miles de contratos o tuvieron que despedir a sus empleados.
Así, actualmente en Centro América hay unos setenta mil profesionales en muchas especialidades que perdieron sus puestos de trabajo y saben que tal como esta situación, ni será fácil ni pronto encontrar nuevos empleos.
A esto sumemos el proceso de reconversión en camino desde hace tiempo para la reestructuración empresarial, aplicando el planteamiento “make or buy”, hacerlo o comprarlo, para reducir costos e incrementar la rentabilidad. Pues con una estructura grande, mucho personal y gastos fijos altos, es más rentable, en lugar de hacer determinadas piezas o servicios, encargárselos a pequeñas empresas, más flexibles y con menores gastos fijos y variables.
Pero estos dos fenómenos no son del todo malos, pues, así como cuando se quema un bosque, después de un tiempo nacen nuevos árboles, este proceso de reconversión, es una excelente oportunidad para quienes tienen iniciativa empresarial y deciden crear una empresa, tanto en el sector industrial como de servicios.
Sin embargo, la estadística sobre las nuevas empresas enseña que el 70% cierran en los primeros 3 años, un 20% más en los siguientes 2 y después de 5 años, solo sobreviven el 10%, porque además de la iniciativa y el conocimiento técnico del producto o servicio que se quiere vender, hay que saber otras muchas cosas relacionadas con la administración de empresas. Y ciertamente, la mayor parte de los cierres es por temas ajenos a la especialidad del fundador.
La responsabilidad de crear una empresa y asegurar su desarrollo y crecimiento sostenido, evidentemente, es del nuevo empresario y le exigirá mucho trabajo y esfuerzo, pero en lo que se falla no es tanto en la falta de energía y persistencia, sino en no detectar a tiempo los problemas que se presentan en el camino.
Personalmente y en mi función de consultor he asumido como reto profesional para los próximos cinco años, encontrar profesionales valientes que siguiendo el camino que yo he comprobado como bueno y trabajando juntos, creen sus propias empresas para lo cual hemos puesto en marcha la: “Escuela de Empresarios Online”, donde quienes valientemente decidan crear una empresa, encontrarán cómo hacerlo y crecer desde el principio…
Para finalizar sugiero a los señores responsables y juramentados de dirigir para que El Salvador prospere, concentrarnos en dinamizar la economía, no desaprovechar el tiempo en politiquerías absurdas, que a quienes pagamos impuestos solo nos cuestan más dinero y al país más desprestigio internacional. Si la solución para eliminar la pandemia es la prevención, para disponer del dinero para vivir y pagar sus sueldos y sobresueldos, es crear empresas y puestos de trabajo.
Pedro Roque
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