Damián se llama…

Es el nombre del niño con la camiseta “8.000 Millones”, que según la ONU nació en un hospital de Santo Domingo, República Dominicana. Imagino que en algún lugar hay un contador conectado a un reloj que indica que fue Damián quien nació primero, entre las decenas de miles que nacen cada segundo en todo el mundo.

Al margen de la exactitud, Damián nos anunció, que con él ya somos 8 mil millones sobre la tierra, y pensando en la evolución del último siglo y hacia donde vamos, surgen varios asuntos relacionados con el planeta y su capacidad para garantizarnos la sobrevivencia y convivencia a la fauna y la flora que lo habitamos.

La sobrevivencia humana depende de su capacidad para producir alimentos y para reciclar los desechos. Además, cada habitante requiere lo básico; espacio, techo, alimentación, vestido, calzado y lo suplementario, para su educación; escuelas, maestros, materiales de estudio; para su ordenamiento espiritual, iglesias y pastores; para las enfermedades, medicinas, médicos y hospitales y como cada año crece la esperanza de vida, lugares y personas que lo cuiden cuando ya no pueda trabajar, y finalmente, espacio donde quedar para la eternidad. Además, nuevas infraestructuras y tecnologías.

En los sesenta, el Club de Roma, que reunió científicos, economistas, expolíticos e industriales de 52 países, preocupados entonces por los problemas complejos a los que se enfrenta el mundo, encargaron el informe el “El Límite del crecimiento” en el que se describió con los datos y predicciones de entonces, pero con bastante aproximación lo que nos está sucediendo. Cada diez años y con datos cada vez más confiables gracias al desarrollo tecnológico, se han revisado los parámetros del crecimiento y según las últimas actualizaciones, ya sobrepasamos en algunos temas la capacidad de absorción o digestión del planeta de los efectos negativos del crecimiento poblacional galopante, toda la basura que generamos y no reciclamos, especialmente plásticos, que cada día consumismos más y la polución ambiental.

La tierra ya nos está pasando sus facturas auto equilibrándose con fenómenos de dimensiones no conocidos en las décadas anteriores y según las predicciones, los años venideros seguirán creciendo. Las diferencias de temperaturas entre 30 grados bajo y 60 sobre cero, las intensas lluvias torrenciales que en pocas horas causan tremendas inundaciones, la duración de las sequias y desertización, el calentamiento global, la extinción de muchas especies de animales marinos y terrestres, la descongelación de los glaciares, el calentamiento global, los intensos incendios forestales y aquí el deterioro medioambiental y el crecimiento vehicular.

La recomendación y expectativa a nivel mundial es hacer un alto en el crecimiento, para continuar con las transiciones y ganar tiempo para la limpieza de los océanos, el reciclaje la basura, el desarrollo de sistemas, procesos, productos y servicios sostenibles, la producción circular, la vida tranquila y sana y específicamente para nuestro país, empezar a tomar en serio la responsabilidad con el medio ambiente y el control preventivo del crecimiento poblacional y vehicular.

El mismo día que nació Damián, leí en ABC el informe de un equipo de cientificos de Israel, EEUU y Europa titulado: “La calidad del semen en los hombres de todo el mundo cae en picado y el número de espermatizoides por eyaculacion ha disminuido al 50%” . Alertan del riesgo que la humanidad en un futuro no muy lejano desapareca. Las razones pueden ser el estilo de vida y el incremento de cancer testicular. https://www.abc.es/salud/enfermedades/calidad-esperma-mundo-picado-20221115133523-nt.html.

Si las cosas siguen así y es joven, puede ser bueno congelar unos millones de espermatozoides, por si más adelante decide tener descendencia.

Y si pregunta: ¿Qué puedo hacer?…Pues, interesarse, informarse y reorientar sus hábitos hacia productos y servicios sustentables con menor huella ecológica y por su propia salud, sálgase del espiral de la obesidad, coma sano y haga ejercicio.

Pedro Roque

1 comentario en “Damián se llama…”

  1. Pedro, buenas tardes.
    Que bien artículo, me parece como cuando trabajaba en el ISSS (1974- 1980); por eso me gane el apodo de «Pollo, por solo tener 26 años y » Loco, por me manera de pensar y/o decir mis teorías.
    La realidad es que el tema de la sobrepoblación, se ha tratado siempre desde el punto religioso, económico y por consiguiente «Político».
    Ojalá nuestra descendencia vea un poco más allá de las cejas y reoriente sus hábitos y costumbres. Pensar en un futuro estable y pacífico.
    «No hay cosa mejor de una vida en Paz»
    Saludo Tu amigo «RABA»

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