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El patriotismo de cada uno es esencial en estos momentos

Pensando en cómo concentrarme en las tantas cosas que tengo en mente para desarrollar para después de esta pandemia y sentir motivación de seguir adelante, de pronto, me vinieron a la mente dos ideas, mi país y nuestra bandera. Nuestro Himno Nacional y nuestra Oración a la Bandera.

Creo que, si nos concentramos en cumplir lo que dice su letra, tendremos trabajo, inspiración y motivación para conseguir lo que nos propongamos: léalo despacio sintiendo lo que expresa su letra.

Himno Nacional de El Salvador

Saludemos la patria orgullosos
De hijos suyos podernos llamar;
Y juremos la vida animosos,
Sin descanso a su bien consagrar.

De la paz en la dicha suprema,
Siempre noble soñó El Salvador;
Fue obtenerla su eterno problema,
Conservarla es su gloria mayor.

Y con fe inquebrantable el camino
Del progreso se afana en seguir
Por llenar su grandioso destino,
Conquistarse un feliz porvenir.

Le protege una férrea barrera
Contra el choque de ruin deslealtad,
Desde el día que en su alta bandera

Con su sangre escribió: ¡LIBERTAD!

Libertad es su dogma, es su guía
Que mil veces logró defender;
Y otras tantas, de audaz tiranía
Rechazar el odioso poder.

Dolorosa y sangrienta es su historia,
Pero excelsa y brillante a la vez;
Manantial de legítima gloria,
Gran lección de espartana altivez.

No desmaya en su innata bravura,
En cada hombre hay un héroe inmortal
Que sabrá mantenerse a la altura
De su antiguo valor proverbial.

Todos son abnegados, y fieles
Al prestigio del bélico ardor
Con que siempre segaron laureles
De la patria salvando el honor.

Respetar los derechos extraños
Y apoyarse en la recta razón
Es para ella, sin torpes amaños
Su invariable, más firme ambición.

Y en seguir esta línea se aferra
Dedicando su esfuerzo tenaz,
En hacer cruda guerra a la guerra:
Su ventura se encuentra en la paz.

Y eso que ha sentido, será más intenso si lo hace también con el contenido de nuestra Oración a la Bandera.

Oración a la bandera salvadoreña

Dios te salve, Patria Sagrada,
en tu seno hemos nacido y amado;
eres el aire que respiramos,
la tierra que nos sustenta,
la familia que amamos,
la libertad que nos defiende,
la religión que nos consuela.

Tú tienes nuestros hogares queridos,
fértiles campiñas,
ríos majestuosos,
soberbios volcanes, apacibles lagos,
cielos de púrpura y oro.

En tus campos ondulan doradas espigas,
en tus talleres vibran los motores,
chisporrotean los yunques,
surgen las bellezas del arte.

Patria,
en tu lengua armoniosa
pedimos a la Providencia que te ampare,
que abra nuestra alma al resplandor del cielo,
grabe en ella dulce afecto al Maestro y a la Escuela
que nos infunda tu santo amor.

Patria,
tu historia,
blasón de héroes y mártires,
reseña virtudes y anhelos;
tú reverencias el Acta que consagró la soberanía nacional
y marcas la senda florida
en que la Justicia y la Libertad nos lleven hacia Dios.

¡Bandera de la Patria,
símbolo sagrado de El Salvador,
te saludan reverentes las nuevas generaciones!

Para ti el sol vivificante de nuestras glorias,
los himnos del patriotismo,
los laureles de los héroes.

Para ti el respeto de los pueblos
y la corona de amor
que hoy ceñimos a tus inmortales sienes.

Pues hasta puede ser que leyendo y sintiendo estos dos maravillosos textos le corran algunas lágrimas como a mí y entre todos deseemos que Dios ilumine la mente y les proporcione humildad y humanidad a los dirigentes de nuestro país, para que en su rol de funcionarios y patriotas entre ellos y todos, hagamos de este un mejor país, y que de las lecciones de esta pandemia y todos sus problemas resurjamos con un nuevo espíritu de salvadoreños y patriotas que aman y tal como se dice aquí, todos los días  “se fajan” por El Salvador.

Pedro Roque

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