En el Día del amor y la amistad.

Pensando y preguntando sobre como entienden el amor y la amistad a varias personas que estimo y me estiman, coincidimos en que el amor y la amistad son sentimientos y emociones que se viven cuando estamos con las personas con quienes nos une la amistad o la relación es más cercana e intima y hay amor. También, que se comparten las mismas emociones y conductas, pero en el amor con mucha más intensidad, acercamiento, comprensión, entrega y plenitud.

Y es cierto, en su raíz, el amor y la amistad, es con las personas tal como son, sin importar sus entornos, procedencia, ni lo que tienen, tuvieron o puedan tener.

En lo espiritual, el Amor a Dios es la visión y sentimiento hacia su gran poder, omnipresencia, grandiosidad y eternidad.

Le sigue amor hacia el entorno familiar: el materno, paterno, filial, a las generaciones anteriores, abuelos y bisabuelos y los que nos siguen en la descendencia, nietos y bisnietos.

Y claro, el amor al cónyuge o la pareja con quien se comparte o se compartió parte de la vida, pero que ya partió a la eternidad, o sigue aquí, y porque la llama del amor, como el de una vela con el tiempo se consume, se apagó. No sé si bueno o menos bueno, pero en la época que vivimos, se están divorciando más matrimonios y parejas separando, que optando por un camino común.

Con frecuencia detrás del amor hay algo que interesa porque uno busca, quiere dar, recibir cariño y disfrutar del acercamiento y la compañía. Con la amistad se prioriza más el bienestar del amigo o amiga.

En el amor, el interés es sublime y se complementa con presencia, cercanía y la respiración del ser amado. Y si el amor es por cosas materiales, la disponibilidad de su valor sentimental o económico. En el amor hay atracción mutua en busca del acercamiento corporal y la intimidad para procrear o el placer intenso de sentirse en cuerpo y alma unidos.

Me dijo alguien para explicar las diferencias: “A lo largo de la vida, tenemos más relaciones amorosas temporales que de amistades largas”. Si cada uno repasa su historia, comprobará, que amigos de verdad, tenemos menos de los dedos de una mano y enamoramientos seguramente más.

Pero también existe el amor y la amistad a los animales, las plantas, la naturaleza, la libertad y a la patria.

Y con amor a la patria me refiero, el conjunto de espacio, tierra, mar, ente social, constitución, soberanía, sociedad, cultura, tradiciones, historia y futuro. Y en las próximas elecciones tendremos nuevamente la oportunidad de demostrar nuestro amor patrio optando y eligiendo por el futuro que nos importa a todos y por eso nos conviene a todos, que por ninguna razón falte a su deber de votar.

¿Y qué hay del otro lado de la moneda del amor y la amistad entre los humanos? Pues lo contrario, el amor interesado y lo perverso de la envidia, el odio, el desagradecimiento, la enemistad y el desamor.

Así, cuando un político mentiroso e inconsciente dice: “Los quiero mucho a todos y que Dios les bendiga”, lo que quiere decir es, voten por mi.

Para terminar, estimados lectores, el amor y la amistad son dos oportunidades en nuestra vida de ofrecer y recibir aprecio y cariño, asumiendo a las personas con su pasado tal como fue, su presente tal como es, sus virtudes y menos virtudes y compartir los momentos buenos y menos buenos del presente y del futuro.

Con este planteamiento les deseo, que conserven la amistad con sus buenos amigos y disfruten del amor, ojalá mutuo, con quienes y donde están.

Pedro Roque

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