Independencia, interdependencia, dependencia.

Recordando lo que aprendimos en los años cincuenta en la educación primaria, el 15 de septiembre de hace 200 años, fue un día glorioso, pues a partir de entonces, El Salvador ya no tenía que seguir las leyes españolas y los que pagan tributos, tampoco los seguirían pagando.

Si ese fue uno de los principales factores, una pregunta a los historiadores y estudiosos de la historia política de El Salvador sería: si los dirigentes desde entonces utilizaron adecuadamente el concepto y las ventajas de la independencia.

Quizás hubiera sido mejor, por lo menos desde hace un siglo, recordar la “independencia”, pero priorizar la “interdependencia”, pues como ningún país tiene todo lo que requiere, necesita intercambiar productos y servicios con otros. Si la interdependencia hubiera sido manejada, política y económicamente, adecuándola a las necesidades de las naciones, quizás se podrían haber negociado mejor los precios del intercambio, por ejemplo el valor de lo que se entrega en materias primas con el valor de la tecnología para obtenerlos.

Pero como no fue así, la situación que vivimos hoy no tiene mucho que ver con independencia, sino más bien con “dependencia”.

Para que un país sea independiente, lo primero, es que económicamente debe ser autosuficiente y todos los años producir superávit, es decir, debe haber suficiente dinero para el sostenimiento y para invertir en los asuntos que el país necesita, en educación, salud, desarrollo tecnológico y científico. ¿Y cómo estamos?

Según los economistas, ya debemos lo que consumimos. Y si no hubiera dinero fresco ganado en otros países y enviado a los familiares, cada año habría más déficit.

Todos los presupuestos de los últimos 25 años se presentaron y aprobaron, y se siguen presentando y aprobando, con endeudamiento creciente y así de creciente es la dependencia del país de los entes financieros.

En asuntos técnicos dependemos de los países industrializados. Aquí se fabrican algunas partes electrónicas, pero no hay fábricas de aparatos electrónicos completos.

¿Y el sentimiento patrio de amor al país? Es mayor el de querer emigrar que seguir trabajando aquí, pues se cree que aquí no se puede conseguir lo básico para vivir razonablemente y así, dependemos de que otros países acojan a los salvadoreños que emigran, legal e ilegalmente…

Pero no se puede negar, que, «políticamente somos independientes” y desde los acuerdos de paz los funcionarios electos, económicamente nos endeudaron y siguen endeudándonos más.

De ahí nuevamente la pregunta a los conocedores de la historia política del país: ¿Se ha utilizado y está utilizando la independencia para bienestar y el desarrollo del país? ¿Qué debiéramos aprender y mejorar?

El quince de septiembre es sin duda un día de fiesta y de asueto nacional, en que quizás debiéramos incrementar el espíritu de “interdependencia” con los países de todo el mundo y desarrollar políticas para reducir la “dependencia” que hoy tenemos.

A partir de esta semana, según lo explican los que saben más de este asunto que yo, tenemos un nuevo parámetro de dependencia, el valor hora a hora de la nueva criptomoneda, que tampoco depende de las decisiones que se tomen aquí.

Si lo económico, científico, tecnológico, e incluso, el valor real, con los ingresos diarios de una tienda, quincenal para un obrero o mensual para un asalariado no se decide aquí, seguimos siendo un país aun más dependiente. Y no creo que los precios de la canasta básica van a bajar, pues por el riesgo del cambio, quizás van a subir o ya subieron.

Mejor debiéramos reforzar el espíritu de “interdependencia” y acercarnos más que alejarnos de los países con los que se intercambian productos y servicios y educarnos en ese sentido, pues lo de “independiente”, por lo menos hasta hoy, solo ha servido para las elecciones, si vota la gran mayoría y se manejan transparentemente. Pase un buen domingo.

Pedro Roque

1 comentario en “Independencia, interdependencia, dependencia.”

  1. Tanto sacrificio y sangre derramada para lograr nuestra libertad e independencia y qué triste ver a nuestro país hundiéndose en una Dictadura y más pobreza. Cómo dicen cada pueblo tiene lo que se merece, pues eligen sin razonar el voto y sin pensar en el futuro de sus hijos.

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