La Basílica de San Pedro y el Capitolio.

Así como la Plaza y la Basílica de San Pedro en El Vaticano es el lugar más sagrado para la religión católica, la Plaza y el Capitolio en Washington, es para la Democracia de Estados Unidos y el Mundo.

En diferentes momentos conocí y admiré las dos plazas y los dos edificios y al estar debajo de la Cúpula de la Basílica de San Pedro, se siente la universalidad de la Religión católica y la grandeza de Dios. Y un sentimiento similar también se vive, cuando se está debajo de la gran cúpula del Capitolio, en relación con las libertades y la democracia.

Es impresionante estar en los lugares donde se toman las decisiones que nos afectan, por un lado en la religión con la que orientamos nuestra conducta y por otro en el respeto a las leyes para mantener y garantizar nuestra convivencia en libertad.

Pues en los dos lugares se han cometido crímenes graves. Ali Agca disparó contra el Papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981. Y el miércoles de la semana pasada fue asaltado El Capitolio y mataron a varias personas en el asalto.

Con el asalto al Capitolio se confirmó nuevamente que los fanáticos responden violentamente a las arengas provocativas y pueden llegar a tal grado de obediencia al líder derrocado y desobediencia a las leyes como para atentar contra los principios básicos de la democracia, de los que se sienten orgullosos todos los norteamericanos.

Si vio el video del exgobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, en el que repudia duramente al presidente saliente, de la misma forma que lo hacen otros de sus más cercanos funcionarios, incluido el vicepresidente, por haber atentado contra las reglas básicas de la democracia, la misma democracia que llevó al poder hace cuatro años al presidente saliente.

El Exgobernador Schwarzenegger en su reflexión a todo el mundo, explicó con claridad, que patriotismo significa defender al país, respetando las leyes y no seguir ciegamente y con fanatismo al presidente.

¿Y qué significa el asalto al Capitolio en un país con una democracia madura, potente y antigua como la de Estados Unidos, analizándola como lección aprendida? En primer lugar, que también en EEUU hay una parte de población, que con las arengas inteligentes y demagógicamente publicadas a través de las redes sociales, es fácilmente influenciable para hacer lo que se les insinúe.

¿Y esto que es grave, puede suceder en otros países democráticos? Si sucedió en Estados Unidos, donde se suponía no podría suceder, imagine en países subdesarrollados con necesidades, falta de empleo y el bombardeo publicitario político en televisión y las redes sociales.

Otra cuestión: ¿Después del asalto a su Capitolio el nuevo gobierno de Estados Unidos y su embajada en El Salvador defenderá la democracia y que el proceso electoral sea limpio y transparente? Los que creemos en la democracia esperamos que si.

¿Y qué podemos hacer cada uno para mantener nuestra democracia? Es fácil: ir libremente a votar el Día de las Elecciones, sin temores, ni dejándose intimidar por el bombardeo de mensajes que recibirá en su teléfono inteligente.
Si queremos vivir en democracia y que el resultado final de las elecciones sea democrático. Votar es la única forma de mantener el sistema aquí y en todo el mundo.

Para terminar, quiero agradecer a FUSATE, su Directora, su Junta Directiva y al Señor Alcalde de San Salvador, por la presea que tuve el honor de recibir este jueves junto con otras personalidades por mis aportaciones en esta columna y la labor formativa desde la Escuela de Empresarios Online. Me siento orgulloso de haberla recibido y me motiva a continuar con esta línea de pensamiento constructivo.

Pedro Roque

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