
¿Tú crees que se aproximan cambios en el acontecer y desarrollo económico de nuestro país?, le pregunté a mis amigos. Y la respuesta espontánea y típica fue: «¡Ni idea, esperemos que sí, porque a peor ya no aguantamos!…»
En realidad el acontecer económico debería ser como el mar, que detrás de una ola vienen las siguientes. Unas son grandes y otras no tanto, porque el mar siempre se mueve.
Pero nuestro mar económico desde hace diez años ha estado como el Mar Mediterráneo, a veces más quieto que un lago, esperemos que los cambios que vengan no sean para seguir como venimos ni para empeorar.
Y aunque no sabemos qué sucederá, lo mejor es prepararse. Si el ambiente es propicio, prepararse para impulsar los esfuerzos hacia la mejora y crecimiento, y si los cambios no lo son tanto, prepararse para continuar sobreviviendo.
En todo caso, es bueno tratar sobre la resiliencia empresarial o resiliencia organizacional.
Es la habilidad del presidente y su equipo directivo para visualizar y anticiparse, prepararse y responder a los cambios que vienen como resultado del incremento de la oferta por la competencia nacional e internacional y las decisiones imprevisibles de los clientes por las ofertas que les hacen llegar las empresas de la competencia, sin olvidar, las políticas de desarrollo e impositivas gubernamentales que impulsan o frenan al sector privado.
Algunas estrategias pueden ser aplicables en función del estado en que se encuentra la empresa: Implantar sistemas internacionales de gestión para tener aceptación en el mercado internacional. Especialmente en EEUU y la Comunidad Europea es una excelente estrategia porque la certificaciones internacionales abren puertas, son como la visa de las empresas para entrar en esos entornos comerciales, más exigentes por las instituciones de control de entrada de productos y también por los clientes.
Aquí todas las normas internacionales de la ISO pueden ser útiles, desde la gestión de la calidad ISO 9000, la gestión medioambiental ISO 14000, la gestión de la seguridad y la prevención ISO 45000 o bien la gestión de la responsabilidad social empresarial ISO 26000, e incluso, la implantación de la norma internacional ISO 37001, sistema de gestión de lucha contra el soborno, que bien vendría en muchas organizaciones privadas y públicas. Por cierto, esta norma se trabajó por ISO, después de calcular que los sobornos en el mundo ascienden a un trillón de dólares, es decir: 1.000.000.000.000.000.000. (18 ceros detrás del numero uno).
Realizar un diagnóstico serio sobre la condición actual de la empresa para fijar un punto de partida y desarrollar un programa con proyectos de mejora inmediatos y a medio plazo, es también una acción de resiliencia organizacional, porque la autoevaluación va acompañada de las auto-explicaciones por las cuales suceden las pérdidas, que seguramente son evitables, vistas por un experto que las cuestiona.
Se trata entonces, de prepararse desde el punto de vista conceptual, técnico, humano y financiero para la innovación y el avance en el desarrollo continuo de la empresa. Principalmente en lo que se refiere a las actitudes de las personas, pues al final las empresas, son como la gente que las dirige y la gente que trabaja en ellas. Con el mismo tipo de maquinaria y los mismos productos o servicios, unas empresas tiene mejores resultados que otras y cuando se busca la explicación, la respuesta frecuentemente estriba en el liderazgo y la conceptualización, la preparación y la entrega de su personal en todos los estamentos y departamentos.
La resiliencia en las empresas es muy similar a la resiliencia en las personas, donde gran parte la sobrevivencia y el éxito, estriba en su forma de pensar y sus habilidades para aplicar la autogestión y la gestión empresarial, principalmente en las ventas y la producción. Si estos dos departamentos van bien, todo va bien y si no funcionan adecuadamente, la empresa cojea.
Pedro Roque