¿Miedo o prevención?

De las definiciones de la fenomenología, la que me parece más inteligible, es como el análisis y estudio objetivo de la razón y el sentido de las causas de los acontecimientos que observamos a nuestro alrededor, tal como suceden, cómo los entendemos, los asumimos y nos comportamos.

Aplicando al uso de la mascarilla el Principio de Pareto, que divide los fenómenos en su frecuencia de 80% y 20%, creo que el 80% la utiliza más por miedo que por prevención. Es decir, que el 80% de las personas siente de verdad miedo del Covid-19, enfermar, morir y ser enterrado en una bolsa. Y ese miedo les induce a usar la mascarilla, pues aquí funcionamos más por miedo que por prevención, ya que sabemos de los sufrimientos, las secuelas y de fallecidos en la familia o conocidos.

Imagino el miedo al contagio que sienten, quienes el trayecto a su trabajo es media hora o más en los microbuses y buses sobrecargados con el doble de su capacidad.

Pero comparando el fenómeno de uso de la mascarilla, “más por miedo que por prevención”, con el fenómeno de saltarse el semáforo en amarillo o en rojo. Lo segundo sucede porque no se siente miedo a lo que pueda suceder, y además, haciéndolo se sienten listos, pues en el cruce se puede observar la situación y al virus no se le puede ver.

Sin embargo, el riesgo existe y hay posiblemente más sufrimiento y pérdidas por accidentes de tránsito, que por el Covid-19. Aquí, tenemos más “trabazones” por colisiones leves y graves que por reparaciones de las calles y la causa más frecuente es falta de pensamiento preventivo y la práctica de prevención.

Y el mismo fenómeno sucede con el manejo de la basura. En casi todos los municipios, en cualquier dirección que camine, antes de diez minutos encuentra un promontorio de basura en la calle o una esquina. También pasa con los desechos industriales de muchas empresas, de los pequeños negocios, el mantenimiento de las máquinas y los vehículos, el tráfico agresivo, los procesos de producción ineficientes, el irrespeto a las medidas de seguridad, e incluso, con el cuidado de la salud.

La prevención es una conducta por excepción, y que yo sepa, no se enseña en ninguno de los niveles educativos. Se enseña más lo que se debe hacer cuando sucede algo malo, que cómo comportarse para que no suceda.

¿Y se puede reorientar el pensamiento de la corrección a la prevención? ¡Definitivamente!… Desde la visión de la fenomenología, observando y analizando objetivamente las conductas del entorno donde se quiere reorientar de mentalidad de la corrección a la de prevención, determinando cuáles son las creencias básicas en se que sustentan lo que la gente cree, piensa, valora y hace espontáneamente, para definir y aplicar un programa de cambio cultural.

No es muy complicado, si se conocen los métodos de observación y se tiene experiencia en la definición y aplicación de las medidas de prevención, para reducir los riesgos de hacerlo buscando resultados aplicando el método de la prueba y el error, y por supuesto, si mediante la demostración de las ventajas y rentabilidad económica y social de la prevención en la mente y en la practica, y paso a paso, se crea una cultura de prevención con visión de largo plazo. Incluso, a través de la reorientación de la cultura de prevención, también se puede orientar el liderazgo de la organización hacia el nuevo reto de la sostenibilidad.

Pero volviendo a la mascarilla… ¿Usted la usa por miedo o por prevención?

En ambos casos debe continuar utilizándola, pues a pesar de las campañas de vacunación, el Covid-19 sigue creciendo.

Pedro Roque

2 comentarios en “¿Miedo o prevención?”

  1. Jorge López Hidalgo.

    Hola Pedro, creo en el uso de la mascarilla más por previsión que por miedo porque el virus no te avisa donde está mucho menos te avisará cuando te puede contagiar, es decir hay que actuar a la defensiva y en este caso la prevención es una manera defensiva. Creo que la palabra miedo no cabe en este lugar pues te están dando las herramientas para frenar el contagio.
    Me gustarían que escribieras sobre el desorden y abuso descontrolado que están tomando los negocios de tortillerias, reparación y ventas de llantas y talleres de toda índole que obstaculisan el tráfico. Sabemos del problema de la falta de empleos y tantas necesidades por la que está pasando la población para obtener el pan de cada día pero si no se pone orden esto terminará en un caos. Hay que hacer uso de la ley. SALUDOS.

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