Para disfrutar de su pensión

Reflexionando sobre lo bueno de concentrarse en vivir más, principalmente por el instinto de conservación de la vida, el mayor tiempo posible y al margen de la “esperanza de vida”, como la media aritmética, por ejemplo 74 años los hombres y 82 las mujeres, para quienes pensamos que los años de vida dependen primordialmente de los bueno hábitos, debemos encontrar razones que argumentan proponernos a sobrepasar, en muchos años, la esperanza estadística de vida y disfrutar de las merecidas pensiones acumuladas a lo largo de la vida laboral.

Entre otras, las razones para concentrarse en vivir más, me vienen a la mente las siguientes:
-Estar más tiempo en esta linda tierra y entre más años y más feliz, mejor.
-Disfrutar el tiempo y la vida con las dos, incluso tres siguientes generaciones, hijos, nietos y bisnietos.
-Continuar siendo productivo y aportando después de jubilado.
-Viajar cerca o lejos según las posibilidades y la salud lo permita.
-Aprender lo que siempre se quiso aprender y no fue posible en su momento.
-Emprender proyectos que faciliten y simplifiquen los procesos.
-Celebrar todo lo que sea digno de celebrar junto con las personas queridas y los buenos amigos.
-Recordar y revivir las situaciones que traen buenos recuerdos.
-Enseñar lo que se sabe y puede ser útil a otros.
-Aportar la experiencia práctica que no se encuentra en los libros.
-Ayudar al grupo familiar en lo que se pueda y permitan ayudarles.
-Disfrutar pagar las facturas de las cosas que les sirven y les gustan a los hijos, nietos y bisnietos.
-Investigar sobre cosas que interesan para mejorar el medioambiente y dejar un mejor planeta.
-Generar esperanza a los más jóvenes para calmar sus ansiedades.
-Y otra formas, como cada uno pueda y decida ayudar y ser útil.

Y lo mejor y más satisfactorio es hacerlo sin esperar nada a cambio y no sentirse mal si no recibe muestras de agradecimiento. Lo normal en estos tiempos y quizás lo provocamos nosotros mismos como padres y proveedores de bienestar, es que las siguientes generaciones, sobreentienden como normal, e incluso, obligatorias, las atenciones y apoyo de sus progenitores.
Pero también tiene sentido querer vivir más años para conjuntar activos y con la esperanza que los usen bien, heredarlos al grupo familiar.

Y todo esto hacerlo a pesar de las desavenencias por la brecha generacional de entre veinte y treinta años y los muchos cambios tecnológicos que se han implantado e influyen en la forma de vivir, hoy más pendiente y dependientes de la comunicación online y más atención a las redes sociales que al cariño y el acercamiento familiar y personal. Por ejemplo, en lugar de hablar, enviar mensajes.

Los buenos hábitos para vivir más son: ocupación física y mental en lo que les gusta hacer y por lo menos siete horas de sueño. Ejercicio físico una hora al día. Alimentación sana en la línea de la dieta mediterránea. Buen humor, alegría y tomar las cosas por el lado positivo. Amar, dejarse amar y expresar los sentimientos y las emociones, y disfrutar con el grupo familiar todo el tiempo que queda por vivir.

Estoy convencido que concentrarse en vivir muchos años después de jubilado y ocuparse de uno mismo es la mejor actividad a lo largo de la vida, donde es uno mismo quien decide.

Los gobiernos deben asegurar a los pensionados una pensión justa y digna del dinero que cada uno con su esfuerzo y su trabajo honrado consiguió ahorrar. Es cierto que en muchos países los sistemas de pensiones están en problemas y debieran reestudiarse, pues cuando se pensaron y calcularon, la esperanza de vida era por lo menos diez años menos y no se han ajustado. Pero el dinero ajeno, el de los pensionistas, es ajeno y debe respetarse.

Pedro Roque

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