Sobre la calidad de la comunicación

En los cincuenta para informarse había que comprar el periódico o escuchar la radio, en los sesenta, además, la televisión en determinados momentos.  Hoy disponemos los 365 días del año y 24 horas diarias, de información a través del teléfono inteligente, y no solo podemos recibir, sino también producir noticias con fotografías y videos.

Lo bueno, si se respetan las reglas básicas de la comunicación, es una excelente alternativa porque recibimos noticias en tiempo real, por ejemplo sobre tormentas o atascos y también para solicitar auxilio en emergencias o convocar reuniones urgentes.

Lo menos bueno aparece, cuando se irrespeta el sentido común, las reglas básicas de la comunicación y las falsas noticias se propagan en pocas horas en las redes sociales.

Buscando unas cosas me encontré con una entrevista que la mayor parte de la gente no ve, porque pasan de los 30 segundos que están dispuestos a atender algo, cuando revisan las redes sociales, los mensajes de sus grupos o de bases de datos que en algún momento se inscribieron.

Encontré una entrevista con el Papa Francisco en la que se refiere a cuatro aspectos de las comunicaciones sobre las que debemos tener precaución al recibirlas, producirlas, enviarlas y reenviarlas.

La primera, que yo propongo como oportunidad de mejora, es que la información que se crea, se envía o reenvía debe ser completa o por lo menos advertir que es una pre información. Cuando intencionadamente se envían mensajes incompletos que más que informar desinforman e inquietan y predisponen a la gente, se abusa del derecho a la información correcta y completa que todos debiéramos tener.

La segunda advertencia es sobre la difamación de personas, exponiendo suposiciones o faltas del pasado lejano que ya se resolvieron, con las que se pretende dañar la imagen actual y perjudicar el trabajo que están realizando las personas difamadas.  Y aquí no me refiero a las personas que aun están siendo investigadas por asuntos recientes, sino a otros asuntos que ya fueron discutidos y resueltos hace más de diez años.

El tercer lugar se refiera a las calumnias sobre personas, orquestadas para desprestigiarlas y sean cuestionadas, y que, aunque se demuestren como tales, no pasa nada con quienes la levantaron y se beneficiaron directamente o incluso cobraron por fría y estratégicamente inventar lo que se va a decir o dijo sobre alguien para desprestigiarlo.

Y la cuarta advertencia del Papa Francisco, es el incremento del interés por lo que circula en las redes y se puede llamar inapropiado, sucio que cada día se recibe y reenvía para contaminar la mente, sin considerar los efectos nocivos para uno mismo y las personas a quienes se reenvía. Termina diciendo lo maravilloso que sería que utilicemos bien las nuevas tecnologías de la comunicación.  

Aquí esta la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=SfES_5jYMzg.

Lo cierto es que los cuatro problemas con la comunicación son universales y se vienen utilizado desde hace tiempos en el ámbito político, por grupos interesados en influenciar a la población, la publicidad e incluso en lo religioso.

El poder de las redes sociales para permitir que indiscriminadamente se propague información, tiene un alto costo económico y social en tiempo de desatención al trabajo, accidentes y desorientación.

Observe a su alrededor y cuente cuántas de cada diez personas están viendo su teléfono. Y si es empresario y lo permite a sus empleados, calcule que por lo menos el 30% del tiempo de trabajo lo utilizan viendo sus teléfonos y cobran por revisar continuamente la información ajena al trabajo. Independientemente de la libertad de expresión, cada uno es dueño de su aparato y puede decidir de quien recibe y a quien envía información. Realice una auto auditoría y descontamine su teléfono de fuentes y personas que no le aportan nada.

Pedro Roque

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